Los que
tenemos miopía atendemos a las pistas: al lado de la columna, color salmón.
Enfocas al grupo de gente y te confirma que es la novia el ramo de flores que
lleva entre sus manos. Ya, ya la veo, la veo.
Las
hemos visto de todas las formas y colores. Parejas homo con traje blanco y
corbatas azul y rosa pastel. Ella de traje de cola blanco y ella de smoking. La
más hortera, ella con traje dorado, él con chaleco y corbata dorada y un coche
dorado esperando bajo la escalera. La más emotiva, ella de blanco corto, ella
en silla de ruedas. La más espectacular, ella con traje de la bella dando
vueltas sobre sí misma y él con traje blanco y pelo afro.
En una
ocasión pintamos un corazón con rotulador fluorescente en un folio y lo
asomamos por la ventana. Nos saludaban con las manos en alto.
A mí las
que más me gustan son aquellas en las que hay niños. Corretean de aquí para
allá entre el gentío y saltan y brincan y bailan con sus trajes de gala.
Los
viernes de doce a una son viernes de boda. Y desde la ventana, el jefe nos deja
participar de la fiesta por un ratito. Es buena gente.