Ni las
arrugas ni los kilitos mal repartidos ni las canas. Lo que de verdad
de verdad no me está gustando nada de nada es la falta de
carcajadas. Que tampoco es que vaya en modo estreñida por la vida,
que me pongo si se tercia en un estado mental de “divertimento” y
hasta esbozo alguna buena risa fácil pero, ¿dónde han ido a parar
los dolores de barriga por reír sin medida?.
No me
importa cumplir años y sumar todos sus inconvenientes, pero esto no
me lo habían avisado. Me digo, será que ya no te ocurren cosas
divertidas, pero no , es que ahora veo caerse a alguien y en vez de
descojonarme, le pregunto si se ha hecho daño. Tan madura yo. De
estas cosas no te avisan cuando eres pibita. Hazlo, hazlo ahora que
ya luego dos al año. Hablo de la risa, pillines.
Mi
teoría es que todo tiene su tiempo. Por ejemplo cuando descubrí
Twitter tuve una etapa que me desternillaba y abandoné Blogger
durante seis meses – os puse unos cuernitos-, ahora si acaso me
sale una sonrisa mientras pienso lo piraos que estamos todos. El
tiempo de la sorpresa y la novedad ya pasó. ¿Es el símil de la
vida?.
Mis queridísimas suministradoras de carcajadas
Esta canción me pone en modo jijijaja. No dejen de oirla :)