Hace frío aquí arriba en la montaña pero el alma calentita dibuja filigranas de aliento. Abajo un mar de nubes, no como las que se ven desde tierra: esquivas, rápidas, efímeras. Estas también son bellas pero plácidas, serenas, mullidas; podrías retozar en ellas, saltándolas como en una cama elástica -más arriba, una voltereta, ¡no te duele nada!, pues más arriba aún-, el talegazo puede ser importante, unos dos mil metros de cataplof, calcula tu aguafiestas que se ha hecho fuerte. Levantas la vista, te lo ha enseñado el tiempo, y al frente un atarceder esplendoroso de los que quitan el resuello y las penas. Va oscureciendo con esos colores que solo paren las tinieblas y la luz. Aparecen las primeras estrellas junto con todas las respuestas del mundo. Avivas la fogata cálida, la que prende con madera noble, atrás quedó ya la del escaparate de los chinos. Le dices a la luna, vetusta amiga, que sabes que mañana amanecerá contigo o sin ti y que eso le da un plus al café de las seis de la mañana. Recoges la mochila que has aprendido a descargar y te vas a dormir a pierna suelta sin darle muchas vueltas a cuál es la pregunta.
12.12.21
11.12.21
Carta abierta de una vaga
Mi muy querida, me dices que escriba que estoy hecha una vaga.
Escribo, pero no siento el impulso de publicar. Yo creo que estoy mudando la piel, a ver si ésta viene sin arrugas, yo por si acaso estoy ahora en la secta del yoga facial, ¿lo conoces? No sé si funciona pero los que están a tu alrededor se echan unas risas*. También creo que tiene algo que ver que siento que el mundo se ha convertido en una cotorra, que la empatía usa FFP4, que la bondad se ha retirado a un convento y hasta la admiración se ha puesto colorada. Sé que no lo es porque atesoro aquí en el corazón un puñadito de bellas y bellos, porque si no, lo llamaría minimisantropía. Lo voy a llamar oquedad.
Sé que me entiendes, anacoreta mía. Gracias por estar siempre, sabes que te quiero montones (send me lista de libros :)
*Si inflas así los cachetes te disipa los surcos nasogenianos o cara de bulldog (qué bonito) Ojo que tienes que bloquear con los dedos la zona nasolabial porque si no te hace código de barras (qué bonito), no creas que esto no tiene su siensia. Noto que este ejercicio es efectivo y me debe sentar bien porque voy por la calle así y todo el mundo me mira
20.11.21
14.11.21
Volveré
Era una playa, un bellísimo recuerdo y una brisa. Ya no lo es. “Dios me la bendiga y le dé mucha salud”, decía la dueña del kiosko al despedirse. Ahora, kiosko incluido, son toneladas de magma: Una nueva fajana. Queda todo sepultado por la vida misma que siempre deja intactos los recuerdos. Una fajana como la otra que también llaman playa, en el sentido opuesto de la isla bonita, donde se bañaba la anciana desnuda libre ya de vergüenzas que fue nueva fajana y es fajana vieja. O aquella otra del norte que llaman piscina natural, libre de aditivos y conservantes, pero llenita de vida. O como esta donde piso ahora mismo que llamo hogar.
Eso somos, fajana sobre fajana sobre fajana. Y sobre fajana una. Dios, se viene la Navidad.
18.9.21
A punto de cruz
Mi corazón es un prado verde con margaritas. Y una casa con chimenea y cortinas blancas. Y un árbol llenito de pájaros. Y una caseta en el árbol. Y un cuadro a punto de cruz en la caseta que dice: "Un dolor bonito, más otro dolor bonito, más otro, más otro más, duele una barbaridad"
27.6.21
lopillos
¿Tendría que renunciar a ser dulce, frágil a simple vista, a expresar mis sentimientos, mis emociones cara a cara, de tú a tú; a llorar delante de otros, no a escondidas?
¿Tendría que impostar ser fuerte, duro, expedito, eficaz, autosuficiente, como la sociedad manda?
Tendría que renunciar a ponerme vestiditos frescos en verano, así que lalao
Pero no esta nada mal lopillos, eh. Yo me daba.
16.5.21
18.4.21
En los exámenes de matemáticas me pasaba igual
Llevo una semana a piñón en mis ratos libres escribiendo un relato para un concurso cuyo plazo finaliza esta semana que viene
Hoy lo he acabado, satisfecha
Miro de nuevo con calma las bases
Son 30.000 palabras, no 3.000
Jajajajajjajaajjaja
Ja
14.3.21
Realidad(es)
Estaba fantaseando con que si el agua caliente en la ducha, mojara más adentro de la piel, masajeando los sesos, calando el hígado, acariciando cada célula, sería una verdadera gozada.
Pues llega la realidad y me dice que en el agua caliente hay todo un ecosistema de bacterias, nematodos y hongos asquerosos y que los vientos que llegan del Sahara traen partículas de cesio 137 radiactivo.
No la dejan a una delirar bien.
8.3.21
28.2.21
Magua
Quedó
la suerte que te hará falta
pájara
quedó
revoloteando cual tábano
Quedó magua
Quedó
la risa y el cariño
tirado por el ventano
14.2.21
Con mis tus ojos
Vi una fotografía de un atardecer con una nube y una ola y una vela y una gaviota y un naranja y mil azules.
Vi otra foto cenital de un paseo lleno de cabezas y vida desordenada lindando con azoteas en perfecto orden.
Y eran más bonitas aún porque quizás es que allí estabas tú, porque quizás siempre quizás, también tus ojos lo vieron.
7.2.21
Demasiado blandita
Me encantan las canciones en las que no entiendo la letra porque las chapurreo mientras estoy felizmente ajena a mis cosas. Wachuserimani uhuhuh.
Sin embargo, las canciones que entiendo y son tristes es que no puedo. Yo creía que con la edad una iba haciendo callo, pero no. Tampoco descarto que tenga que ver con estos tiempos aciagos que vivimos, que todo suma. Lo cierto es que antes podía desgañitarme cantando boleros, por ejemplo. Poniendo voces, haciendo los coros, bailando. No había sufrimiento en las penas de las letras, sólo pura pasión.
Ahora ya no. Porque de repente un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueada en la mitad del patio -que diría Cortázar- cuando suena de fondo, a traición “...nos hemos hecho tanto tanto daño...”
Qué honda pena
31.1.21
Bonito espectáculo
El otro día fui a un espectáculo de luz en la naturaleza fantástico.
Eramos unos buenos cuantos, normal, teniendo en cuenta que son muy pocas las actividades que se ofertan ahora mismo y que estamos todos algo necesitados de estímulos.
Al llegar y ver desde lejos el mogollón entré en modo estrés. Casi un año de semi anacoreta pasa factura. Luego, a medida que te acercabas, veías que la cosa estaba intentando ser controlada. Distancia, ya sabes.
Nos dijeron: “Vayan poniéndose en fila guardando la distancia” Y allí que me puse. A la par que los de atrás. Y éstos me dicen: “No guardas la distancia de seguridad”. “O ustedes” les contesté. A éstas -con mi yo cabezona dispuesta a defender mi espacio-, que el grupito con el que yo iba salió del hueco que ocupábamos y se dirigió hasta el último espacio libre de la fila, que estaba a tomar por culo a estas alturas. Traidores.
Total, que me salí de la fila para seguir a mis judas y lo que ocurrió a continuación ya lo han visto ustedes en la película “Aterriza como puedas”. A medida que avanzaba hacia el fondo, cada uno de la fila hizo terapia antiestrés conmigo de sparring: “idiota” “imbécil” “estúpida”. Ole ole.
“Panda de subnormales”, colaboré yo.
Ya les digo, todo muy bonito.
16.1.21
Nuevo ciclo
A ratos estoy escribiendo una ¿novela?, qué presunción. Vamos a dejarlo en que estoy escribiendo algo largo. Es sobre una idea que ronda mi cabeza desde hace años y la estoy plasmando en letras. No tiene una finalidad concreta, ni ambición ninguna, es puro hobby. Ni siquiera sé si la acabaré, tampoco me importa, no son pocos los proyectos que pienso o que empiezo y luego se quedan ahí mirándome atravesados.
Creo que todos llevamos una -por lo menos- dentro y es divertido sacarla. A mí me encantaría leer la que tienen muchos de ustedes en sus cabezas tan interesantes (algunas, de hecho, ya he tenido el placer de leerlas y qué bien)
Así que entre los mundos que leo y los mundos que escribo mis horas andan aladas. Eso sí, lo poco que he escrito ya lo he rehecho varias veces. Dicen que hay escritores mapa y escritores brújula; yo inauguro una nueva categoría: escritora pandereta. Espérenme sentados.
Vivir, escribir, tal vez soñar
Un abrazo gordo