Un ramillete de luces discretas iluminaban ya la oscuridad cuando apareció el encargado alado.
- Es el segundo día que llega tarde, le aviso que al tercero habrá consecuencias.
- ¿Qué tipo de consecuencias?
- Además de sus tareas cotidianas, se le encargará la limpieza del cielo nublado. Le animo, pues, a que sea puntual. ¿Algo más que alegar?
- Es que a mí siempre me dijeron que después de muerta tendría descanso eterno.
- Paparruchas.