24.9.16

Una cosita que contarles

No escribo desde hace un tiempo porque estoy entretenida haciendo un cuento para una amigacompañera que se jubila en breve. Si resulta algo decente se lo regalaré y lo publicaré en el blog. También vamos a regalarle una lámpara de araña de cristales que lleva toda la vida queriendo comprarse. A ver si los bolsillos nos llegan. Otra nueva ausencia.

Pero sobre  todo no estoy escribiendo porque resulta que he descubierto una especie de juego ajeno donde el pokemon eres tú. Igual vas por la calle y te cruzas con alguien que te dice una frase que tú sólo entiendes porque la has publicado, por ejemplo. O te sientas en una terraza tranquilamente a hacer tus cosas de terraza y al rato empiezan a deambular delante tuya todo tipo de especímenes haciendo todo tipo de tonterías. Muy dignos, eso sí, como si contigo no fuera la cosa. O estás sentada en otra terraza haciendo cosas de terrazas y te copian frases que tu dices.
Anoche por ejemplo, que salí con mis amigas y mis frases tenían eco de algún grupo cercano que no quise ni mirar del asco que me dan.

Cuando era pequeña recuerdo que siempre hacía cálculos con mi edad para saber cuán vieja sería en el año 2000. ¿Esto es el futuro?, me pregunta mi niña interior.

No sé bien qué responderle. No le gusta nada. Y a mí con mis años ya, lo que me produce ésto es una inmesa pena. El mundo sin decorados ni artificios se ha esfumado. Con lo que yo lo quería.















(una muestra de la creatividad estéril que me produce esta situación que les cuento)