Hace
ya un tiempo me quitaron el café con cafeína porque mi corazón
hacía chunda chunda chunda. Uno al día como mucho,
sentenciaron. Y me pasé al descafeinado para seguir paladeando ese
manjar de los dioses, así que mi vida ahora place tranquila sin
sobresaltos. Eso sí, me tomo el café-café mañanero y me dan ganas
hasta de trabajar. Magia negra.
Ahora
mismo por ejemplo podría decir que mi mundito es un campo de
amapolas y margaritas preciosas todas y que os quiero a todos
montones y montones. Pudiera ser que es que estoy de vacaciones.
Pudiera ser que es domingo y toca croissant con mermelada de fresa.
Pudiera ser que me hace feliz verte feliz. Pero lo más seguro es que
sea el chute que me he mandado y el porompompón de mi corazón
drogado.