Pedí cita para las cinco
que ya he hecho la digestión y no tuve que esperar mucho, sólo tenía a tres
delante de mí. Uno de ellos tardó bastante y salió con los ojos humedecidos.
Estuve tentada de coger
un diario de la pila de prensa que había en la mesita para azuzar la espera pero
me limité a sacar de mi bolso el folio de anotaciones de mi jefe. No quería
echar más leña al fuego.
A los tres días me llegó
la gritografía con una anotación al margen: agudos contenidos.