Cuando quedé embarazada de tu hermano un mar de angustias me asaltó hasta que una noche soñé con él. Tenía una cajita pequeña cerrada entre mis manos y yo sabía que dentro estaba mi bebé. Con mucha curiosidad y temor abrí la tapa y apareció una mariposa que revoloteaba torpe al principio y luego con alegría alrededor mío, contagiándomela. Supe que lo vería crecer y sería un ser especial que me daría paz y felicidad, como así es.
Y, conmigo también soñaste?
No, contigo no soñé, pero te dibujé cada día. Elegí el verde limpio de tus ojos, los rizos rebeldes de tu pelo. Lo que mejor me quedó fueron tus orejitas, a que son preciosas? Un día me despisté y por eso te salieron los dientes torcidos, pero el ortodoncista ha hecho un milagrito eh?
Ja! Pues que sepas que yo te elegí a ti como madre porque me regalaban un chupachups.
Yo también te quiero muchísimo, hija mía.