Pedcevedancia, ceceaba satisfecha.
Y es que esa tarde ya no ahuecó sus manos como todas las tardes de vuelta a casa para gritar eoooo soy yoooo a través de la rendija de la puerta del jardín mágico.
Esa tarde el jardín por fin salió a conocerla.
E-man-ci-pa-ción, leyó a continuación en su lista de palabras raras raras raras
Candela es un nombre precioso.
ResponderEliminarEsa niña iluminará el mundo.
Besos.
Jeje, gracioso relato. Umm, un jardin mágico, que suerte tiene Candela la desdentada, jaja.
ResponderEliminar:D
precioso nombre...lo repito a diario
ResponderEliminarQué bonita es una pequeña boca mellada. Y si se pone a hablar es de lo más bonito que hay...
ResponderEliminarLa emancipación no creo que sea lo mejor ante tanta magia infantil. ¿No?
ResponderEliminarImagina en qué líos y aventuras se puede meter Candela para descubrir en la práctica el significado de la palabra, tal como hizo con el jardín.
ResponderEliminarCon final feliz, of course :)
Besito Raúl
Besotes bloguers!!
Bonita historia de Candela.
ResponderEliminarSaludos
David
Pd: He escrito un cuento en el blog, cuando tengas tiempo visitame.
¡ qué bonito cuentecito!
ResponderEliminarMe encantan las pequeñas bocas desdentadas, pero si además son de aprendiza de hada.....
Un beso