Me dijo que pensó que era el fin del mundo. Que ya no habrían más
Yaizas ni Guanartemes.
Le conté que Yaiza pisaba la arena negra de Taganana y Guanarteme
luchaba cada día en el terrero.
Que yo soy López, pero me eriza el hondo sonido de la caracola y el
alegre compás de las chácaras.
Se quedó mirando el horizonte. Yo me fui a comer un escaldón.
Bonito horizonte. Besos.
ResponderEliminarTu sangre es de ahí.
ResponderEliminarBesos.
Vaya, a los García nos eriza más el sonido esquivo de los trigales, y nos vamos a comer cordero.
ResponderEliminarSalud-os
Te entiendo amiga linda...
ResponderEliminarPrecioso texto cargado de sentimientos profundos como las raices.
Besos a montones
Recuerdo la impresión que me causó verlos en Candelaria, tan majestuosos. Tan solos...
ResponderEliminarUn abrazo (o tres)
Pues hiciste bien, un abrazo.
ResponderEliminarBonita imagen.
ResponderEliminarQué intensas las letras.