La
sensación que he sentido siempre cuando escapo al monte es indescriptible, creo
que nos pasa a todos. Pero ahora ni les cuento. Alucino en colores. Más. Porque me he enterado que ahí abajo en las raíces
escondidas hay todo un mundo intercomunicado que -para que nuestras únicas y maravillosas mentes puedan entenderlo- lo califican de similar a nuestro sistema
neurológico.
Las
raíces aportan los nutrientes y las hojas hacen la fotosíntesis, pétalos,
sépalos y corolas. Progresa adecuadamente.
Qué
soberbios somos ¿no?
Me dice que les echa de menos!
Cualquier bosque es una maravilla . Besos.
ResponderEliminarYo creo que los árboles y las plantas sienten.
ResponderEliminarPreciosa foto.
BEsos
A mí no me has abrazado nunca así... maldita bruja!!! jajjaaaa
ResponderEliminarLaboratorio de la vida
ResponderEliminarTienes mucha razón, mejor a mi que a los míos.
ResponderEliminarAbrazo
Un poco si que somos soberbios.
ResponderEliminarPreciosa entrada guapa.
Besos y mas besos.
Precioso texto, y no nos vendría mal abrazar más a los árboles.
ResponderEliminarBesotes;)
¡Qué interesante analogía! ¿Será por eso que nos brindan tanta calma?
ResponderEliminarBonito abrazo a la vida, naturaleza somos, aunque a veces parecemos lo contrario.
ResponderEliminarUn beso.
Pues claro que somos soberbios, y también estúpidos. Las plantas y los animalitos son mucho más de lo que a veces nos creemos.
ResponderEliminarsu exterior junto a su interior enterrado hacen un buen trabajo en comunión... para nuestro disfrute!
ResponderEliminarbesos,