-Ay mi
cucuruchita de pitiminí, si fuera roso me casaría contigo- declama
el cactus cada mañana a las rocío en punto.
-Sacúdete
los apolillados estereotipos, carapincho- le dice la flor de pascua -mira el
poto, la cintilla y yo qué felices que somos.
Y la
rosa se pone colorada colorada.
Menudo diálogo matutino más fresco ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay qué lindo, cómo se hablan y se quieren.. Las, los.. Eres genial amiga bsssss
ResponderEliminarMuy bonito y primaveral, y qué simpático el título de la entrada! Me encantan las flores, una foto preciosa!
ResponderEliminarUn beso!
Qué bonito!! Eso del rocío en punto es lo que más me ha gustado.
ResponderEliminarBesazos.
Menos mal que florecen tras ser capullos
ResponderEliminarBesos
Ya verás cuando el galán de noche se entere. Pero como trasnocha mucho, no se si llegará a esas tertulias mañaneras tan amenas.
ResponderEliminarBesos.
En tu patio parece que hay mucho amor interracial, jaja
ResponderEliminarUn beso.
Muy tierno relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que mona, jaja
ResponderEliminar:D
Buah, mi aloe vera sería el galán entre galanes de ese jardín. Lo tiene todo: estilizados y funcionales pinchos, un verdor de lo más sano y un tamaño medio-alto. Se llevaría a todas las plantas de calle :)
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