En
el fondo, creo que intuye mi timidez, pues a pesar de las hondas
cicatrices que acumulo, siempre intenta calmarme con sus palabras
suaves ante mi cuerpo desnudo. Cierto es que sé a lo que he venido,
el maldito contrato es bien claro, pero a veces sólo me apetece que
me deje tranquila en mi oscuridad y aunque me muestre fría, él,
ajeno a mi congoja, me manipula y consigue sus fines. Indefensa e
impávida, con los ojos cerrados, me dejo hacer.
Ahora
ya lo tengo claro: si pudiera retroceder en el tiempo elegiría que
me comieran los gusanos antes que donar mi cuerpo a la ciencia. Pero
aquí estoy: Eternamente suya.
cicatrices de la vida...
ResponderEliminarme gusta ese trato que te dan, saludos...
Hoy no lo pillo Lopillas, pero no me suena nada bien...
ResponderEliminarSi quieres puedes donarme tu cuerpo pero pronto eh.... que ya....
:P
Besos.
Una oferta de la que no se puede echar uno atrás
ResponderEliminarBesos
Yo eso de donar el cuerpo a la ciencia no lo tengo muy claro, mi cuerpo es mucho cuerpo para que cualquiera me lo sobe y manoseé
ResponderEliminarBesos.
Pues que quieres que te diga hija mía .... Que ya somos dos , ya que yo llevo en mi pequeño la interestatal ruta 66 por delante y por detrás de la espalda y a la espera de que me hagan un trasplante de pulmón , que no saben por donde me van abrir , de las cicatrices que tengo en mi cuerpo , te deseo un feliz domingo cariño mio besos de flor.
ResponderEliminarMagnífico microrrelato introspectivo, te vuelvo a decir que eres una genia
ResponderEliminarBesos y más besos, amiga.
Una donante a la ciencia arrepentida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vete tú a saber si la ciencia con el tiempo incluso devolverá la bida al cuerpo...¿ quién sabe?
ResponderEliminarBesos.
De los arrepentidos esta lleno el reino del cielo.
ResponderEliminarConsuela un poco? Jajaja
Un beso
Ha donado su cuerpazo eh? Con sus organos claro jejeje.
ResponderEliminarYo habitando la piel soy feliz sin incumplir contratos.
Un Martin científico hace?
Muas
S