Esto de que repitamos rituales se hace para poner un poco de orden en nuestras alocadas vidas. Tanto disparate, tanto desenfreno, que no lo entendéis.
Resulta que hubo un tiempo en que la gente celebraba sus propios asuntos cuando le venía en gana; se disfrazaban de payaso el treinta y uno de diciembre, se comían las uvas el quince de agosto ¡con lo verdes que estaban!. Una locura. Incluso alguno decidía darse un baño en la playa con su hamaca y su sombrilla en pleno veinticuatro de diciembre, menudos locos. Un despipote.
El 24 está hecho para pasarte el día en la cocina como tiene que ser. Playa ni playa. El 25 para hacer un bis por si te quedaste con ganas y el 31 para morirte de frío con el modelito brilli brilli. Ah, los Reyes Magos, ese corre corre por las tiendas para que te venga la inspiración. Lo bien que lo pasamos.
Así y para que no sea esto Sodoma y Gomorra nos han creado una agenda estupenda y bien organizada. Qué yupi. Estoy que no quepo en mí (y el día 7 de enero menos voy a caber).
Que no te apetecen polvorones o estás harto de tu cuñao. Que te apetecen unas torrijas y no el roscón de Reyes. Pues te jó. Recuerda, querido bloguero, que es por tu bien.
Buena reflexión mi genial. Ay la live.
ResponderEliminarBesitos y felices fiestas!