5.1.13

la semilla de Dalí



Empezó siendo una bolita compacta que olía muy bien. Hará algo más de tres años.
Yo, como siempre muy bien mandada, pedí permiso para llevármela, no fuera que me llamaran la atención a la salida de la casa y me pusieran cara a la pared para cachearme. Ladrona. Alto ahí. No era plan estando de vacaciones, -ah las vacaciones, aquellos tiempos en los que darse una escapada no era un sueño inalcanzable-. Al fin y al cabo era una semilla de un árbol privado. De un árbol de Dalí. Fue el recuerdo de Portlligat que me llevé. Lo tengo junto a las piedras del Sella y la espuma de mi Teide.
Con el tiempo se abrió como si fuera un puzzle que descifrar y alguna vez, cuando le echo un vistazo resulta que se ha abierto aún más. Ahora parece una nave extraterrestre que ha abierto sus puertas de evacuación.
La miro con curiosidad y recelo. Igual le salen rejos y sale corriendo un día de estos.

9 comentarios:

  1. Bravo!! Me encanta el micro..Eres única amiga preciosa
    Abrazos y besos

    ResponderEliminar
  2. Soy yo o dentro hay un bicho que mira con mala leche?

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. A mí me han traído los reyes uno igualito. Lo venden en los chinos y se puede comer sin fecha de caducidad. Prueba a ver.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Uh, que pinta tan rara tiene la semilla esa, espero que de verdad no le salgan rejos daría mucho, mucho miedo.
    :D

    ResponderEliminar
  5. ¿qué son rejos?

    la semilla está viva, esperando su tierra abonada para germinar :)

    un abrazo

    ResponderEliminar
  6. rejos serían tentáculos, grelos :)
    Besitos a todos y gracias por sus visitas!

    ResponderEliminar
  7. Vaya¡, y no te pillaron.

    Suerte de tener algo así en tu casa.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar