Me
dije que más nunca me iba a involucrar en un asunto donde tuviera
que poner de acuerdo a un buen puñado de personas humanas después
de que una vez hiciera de contacto en un litigio contra la
Administración entre un grupo de la isla de enfrente y un grupo de
aquí. Acabé JARTITA. Ganamos, eso sí :)
Pues
heme aquí tropezando con la misma piedra otra vez: Lidiar con todo
tipo de cabezas pensantes. Afú.
Como
ya les conté, estoy organizando una jubilación de una compamiga y lo
hago con toda la ilusión y con mucho cariño porque la quiero un
montón, peeeero. Me agota hasta el infinito y más que más allá la
gente-uza.
A ver
-papel en mano y uno a uno- quién se va a apuntar para participar en
el regalo de la jubilauta. Calculo que entre 10 y 15 euros cada uno,
según los que se apunten, dará para la horrorosa lámpara de sus
sueños. ¿Puedo poner 5? Vale. Así no puede ser, tiene que ser ó
10 ó 15. Vale 12,64. Mañana te lo doy que hoy no tengo. Vale. Ay se
me olvidó, mañana sí que sí. Vale. Que dice fulanita que se lo
pongas que ella te lo da luego. Vale. Que dice menganito que si se lo
puedes poner que. Ah no, la ong se cerró. Si sobra dinero se le
comprará un ramo de flores o algo no? No, me lo quedo yo. ¿Una
lámpara? Mejor unos pendientes y un collar que le gustan tanto.
Vale, cómpraselos tú. ¿Le haremos un picoteo o algo no? 30 euros
más. Emmmm. Además ella no quiere. Pues aunque no quiera debería
hacérsele algo. Hazle un bizcochón.
Busca
la lámpara, reserva la lámpara, por fin compra la lámpara, enreda
a tu marido para que cargue con la lámpara, pon a buen recaudo la
lámpara, empaqueta como puedas la lámpara de los cojó.
A ver
señoras y señores -libreto en mano y uno a uno- pónganle unas
palabritas de recuerdo y vayan pasándose la libreta porfa. Ay es que
no me inspiro. Pues pásaselo a otro. Tres horas después el libreto
en la misma mesa. Ay, mejor dáselo a otro que luego lo escribo.
Vale. Uff, es que tengo muchísimo trabajo. Yo no, a mí me han
contratado de celebrajubilaciones, sujétenme que le arranco los
pelos.
Todavía
sigo con ello y estoy por poner una frase que me salga del culete por
cada uno de los compañeros que no se inspiran y firmar con sus
nombres. Que poco mono iba a quedar. "Que te vaya bien en tu nueva
etapa, Pepita". "En tu nueva etapa que te vaya bien, Luisito". "Que te
vaya etapa en tu nuevo bien, Jaimito".
En
fin, que si alguna persona humana va a tu mesa cual hermanita de la
caridad a pedir por una causa engorrosa del trabajo, POR FAVOR, atiéndela,
quiérela, dale las gracias y un abrazo y deja que llore en tu
hombro.
Las fiestas en las empresas pueden ser un patético desbarajuste, por muy popular que sea el homenajeado.
ResponderEliminarQué horror....
ResponderEliminarNo sé ni como aguantaste.
Besos.
Te metes en cada berenjenal...
ResponderEliminarbedos y ànimo.
regalate a ti misma
ResponderEliminarAcabaste hasta el moño Lopillas, no es para menos... menos mal que estas cosas no se organizan todos los días, ¿verdad?
ResponderEliminarBesotes
:)
Güenos mal! jajaja. El caso es que alguien tiene que hacerlas y algún día también lo harán por nosotros, éstas y otras cosas. Empatía, colaboración, disposición es lo que hace falta por parte de TOD@S. Un fisquito no más. Lo mismo pasa con tantas otras situaciones: cuidado de padres mayores, tareas de la casa, trabajos de clase...yo paso que lo haga otro y encima protesto y entorpezco: MAL. Fin de la cita :P
EliminarBesitos a todos!
Y sin embargo esa gente existe y hay que lidiar con ello.
ResponderEliminarUn abrazo
Mira, yo hice algo similar y casi acaban conmigo. Hubo hasta una confabulación en mi contra, desde entonces paso.
ResponderEliminarBesos, guapa.
Quienes os encargáis de estas cosas sois héroes a mis ojos. Yo siempre os trato bien y nunca os pongo pegas: doy la pasta y me olvido dulcemente ^^
ResponderEliminarMuchas gracias de nuestras partes jejeje
Eliminar