Tenía
un botón activador que nunca le daba tiempo a usar. La primera vez
que lo utilizó fue por casualidad en medio de una vídeoconferencia
soporífera. Se le habían acabado las pilas y jugueteaba con él.
Clic clic clic clic pulsaba aburrido. Al octavo clic apareció
zambullido en una playa de agua fresca y serena. Buceó, surfeó las
olas y se dejó acariciar por los rayos del sol al secarse. Qué
gozada se dijo mientras sus ojos reenfocaban al tertuliano de la
pantalla. Los compañeros le dijeron que se había quedado dormido
pero en el ángulo que estaba sentado pasaba desapercibido así que
no quisieron despertarlo. Sí, tranquilos, para eso me dieron el
aparato los de Cruz Roja.
No hay nada como desconectar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo malo o lo bueno es si no se puede conectar de nuevo
ResponderEliminarBesos
Una buena desconexión.
ResponderEliminarBesos.
Hace años que desconecté.
ResponderEliminarNo sé dónde estoy.
Besos.
Aunque sea virtual no deja de ser placentero... Saludos 🙋
ResponderEliminarEso estaría bien :)
ResponderEliminarA placer.
Un beso.
pues que te cuento, yo desconecto en consciente, a partir 31 de este regreso a la carretera, nos encontraremos en los blogs
ResponderEliminarSi se desconecta que sea por voluntad propia, lo malo es si es a la fuerza.
ResponderEliminarBesos.