A
ti te dejo mi escasa soberbia para que aprendas a hacer con ella
barquitos de papel y los envíes con mis cenizas a la deriva muy
lejos. A ti, mi puñado de locura con tirubazones que a veces viene
tan bien para lidiar con el disparate de los cuerdos. Y a ti, mi
empatía que luce tan bonita en el pelo cuando se enciende como un
farol.
El
sosiego recién adquirido me lo llevo, no sea que me haga falta allá
en el infierno.
Yo me quedo con lo que sobre para hacerme un relicario.
ResponderEliminarBesos.
Afortunados los herederos
ResponderEliminarbesos
No , es por nada.... Pero no es un poco pronto aun para dejar el testamento hecho , yo de ti disfrutaría un poco más de todo lo que has dicho , que siempre hay tiempo para hacer reparticiones , por cierto un bonito cuadro tanto este que acompaña a la entrada como el del cabezal del blog , sabes tienes alma de pintora , te deseo una feliz semana besos de flor.
ResponderEliminarCuando nos encontremos en el infierno, espero que me dejes un poco de tu sosiego. Gracias!
ResponderEliminarBesitos.
El sosiego siempre es necesario incluso en el cielo.
ResponderEliminarBesos.
Creo que en los tiempos que corren hay que defender el sosiego como una bandera. Saludos, llegué de casualidad por aquí.
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