Podría
decirles que anida en el azul roto el vigor de las campanillas, o que
es menester enfocar lo bello que te abraza, incluso que siempre hay
un roto para un descosido. También me viene Murakami a la cabeza «…y
una vez que la tormenta termine, no recordarás como lo lograste,
como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro que la tormenta ha
terminado realmente. Pero una cosa si es segura, cuando salgas de esa
tormenta, no serás la misma persona que entró en ella. De eso trata
esta tormenta»;
pero mejor les
enseño la foto.
menudo estropicio
ResponderEliminarte robo la cita
es como una revelación
besos
Pareciera que la naturaleza recuperó lo que es suyo.
ResponderEliminarBesos.
Abandonado por el estropicio, la vegetación se lo apropía.
ResponderEliminarBesos.
La belleza llega a todas partes. Un beso
ResponderEliminarEstá claro que las flores no saben conducir jajaja
ResponderEliminarLa vida después de la muerte diría yo.
ResponderEliminarUn saludo.
Dios mío la naturaleza cuando quiere sabe como recuperar lo suyo.
ResponderEliminarEspero que dueño del vehículo tenga un seguro de daños a flores, espero que estés bien de salud amiga mía, voy a lee todo lo que me he perdido, que no he visto que tenías publicado vale, ahora vuelvo besos de domingo... Besos de flor.
nadie sale completamente incólume de una tormenta.
ResponderEliminarbesos.
Espero que no fuese tu coche... la naturaleza a los humanos "abran paso señores"
ResponderEliminarBesitos.
¿Son las campanillas camaleónicas o es el coche? Ojalá nos pudiéramos fundir en vida con la naturaleza!
ResponderEliminar:))
La vida siempre se abre camino y embellece las cosas que de otra manera encontraríamos como feas e inservibles. Menos mal que las flores la adoptaron y no acabó en la chatarrería.
ResponderEliminarUn abrazo.
El tiempo y la tormenta nos cambian y nos integran en la naturaleza.
ResponderEliminarAbzo