Cada día Diego utilizaba su sombra como augurio de la jornada que tendría por delante. Tras el manotazo al despertador y aún dañado por la luz, se colocaba justo bajo la vertical de la lámpara con tulipa que enfocaba el suelo. Al salir de la ducha, aún desnudo, repetía el ritual para cerciorarse -hoy no promete gran cosa, María-.
María escuchó la voz tosca al otro lado del móvil confirmando su encargo -con tres focos halógenos, bien-.
-María, María!!- gritaba Diego esa mañana como un niño chico desde el pasillo. -¡Hoy fijo que encuentro trabajo!
Yo cada día voy perdiendo ese convencimiento :(
ResponderEliminarun abrazo
Querid@s amig@s:
ResponderEliminarSe acaba el semestre en mis cursos de Yoga y los ramos teóricos me demandan tiempo y dedicación suficientes como para no haber podido pasar a sus Blogs durante la semana. En estos días (viernes, sábado y domingo) estaré leyéndolos de a poco y a ratos pues aun realizo algunos trabajos escritos. Será recién el lunes cuando tendré la oportunidad de sentarme tranquilamente frente al PC para releerlos con calma y entregarles mis impresiones al respecto.
Aprovecho este improvisado Coment para "Agradecerles profundamente" sus lindas palabras a mi post anterior y pedirles humildes disculpas por mi improvisada actualización de esta noche (se trata de en texto escrito hace varios días y sin ninguna corrección). Ustedes se merecen mucha más entrega.
LES DEJO UN ENORME BEZOO Y UN ENORME ABRAZOO*
Ojalá la estrategia de María funcione.
ResponderEliminarComo mínimo tendrá más probabilidades de encontrarlo.
Besos.
Estamos todos igual Maryluz :(
ResponderEliminarToda la suerte del mundo y un besote
Juansi: respira hondo por la nariz, infla el diafragma, expulsa lentamente, recuéstate, sube las piernas y haz la vela. Así repite para adentro: doy lo que puedo, comparto cuando tengo ocasión, soy una persona maravillosa.
Besitos
Sí Toro, dicen que la predisposición hace mucho en el empeño. Ojalá todos los Diegos la sigan encontrando. Besito
sorprende el final.
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