Renovó el fondo de armario, ropa más formal: algunos polos y camisas para llevar por fuera, tampoco hay que pasarse. También se hizo con un par de pares de zapatos nuevos, de esos tenis de moda que lo son pero quedamos en que no lo parecen y todos tan contentos. Completó así el atrezo de joven promesa en prácticas de lunes a viernes y de 8 a 4. Buena oportunidad para empezar.
Lo más difícil fue el entrenamiento zen para superar la barrera psicológica, que la física ya estaba en el armario. Atrás los años que acaban en dos, despreocupados divertidos desmelenados, delante, la página en blanco golosa de futuro. Y a falta de una frase que inmortalizara su paso como allá en la Luna, dispuso una ofrenda: su trenza.
Como un ritual se encerró en el baño y compartió el rugido de la motosierra al nivel dos -como los años que despedía- no fuera a parecer muy extrema su cocorota, tampoco hay que pasarse.
El silbido de la tijera cortando la trenza se lo guardó para sí. La trenza la tiró.
Y el pequeño grandísimo padawan apareció convertido en el joven jedi. Noble y valiente jedi, que rima con Fredai.
Se sabe la respuesta, así que la porción del quesito verde ya es suya.
El tablero de juego le espera para completar todos los colores y si los hados le visitan, para inventar los suyos propios.
Que la fuerza y el amor te acompañen.
p.d. el que llore vuelve a la casilla de salida ;)
Deséale mucha suerte en esta nueva andadura; la fuerza ya la tiene, y el amor desde luego con la mami que tiene está garantizado para toda la vida. Besitos miles
ResponderEliminarJejeje Pues si, ¡ahora a ver que me espera! ;)
ResponderEliminarBesotesss
Me gusta. Un proceso por el que tarde o temprano todas pasamos un poco, no te parece?
ResponderEliminarBesos
Adela
tienes una gran habilidad para dejarnos cogidos en el looping de volver a la casilla de salida, condenáá...
ResponderEliminarbuena caza a todos...
estamos en camino.