18.4.09

Sahara en mi retina


La cara oculta de mi retina tiene un tono amarillo anaranjado, así era su cielo trescientos sesenta y un días y medio al año,
como su solera
El desierto, compañero de juegos, te retaba a ascender por sus toboganes de arena y te acogía blandito mientras bajabas rodando a carcajadas por sus carnes dunas, ingenuamente feliz. Amigo plácido y divertido que, cuando se enfadaba se tornaba en Siroco y la tomaba con tu polo de fresa, empanándolo,
señal de retirada
Lo invadía todo. Aprovechaba las largas ausencias estivales de sus colonautas para continuar su trabajo silencioso. Al regresar a casa empujabas con fuerza la duna que se había instalado por derecho propio tras la puerta de entrada y así te daba su bienvenida.
No nos despedimos, no hubo tiempo

Tengo un trocito suyo en esta isla nuestra: Las Teresas maquillada de Sahara, playa de Las Teresitas teñida de desidia y avaricia

4 comentarios:

  1. y las uvas que parecían naranjas; y las naranjas, sandías; y las sandías,... deliciosas, rojas y dulces...
    y aquellos cascos de marcianos que unos reyes venidos de más-oriente-todavía posaban sobre la cabeza de unos niños que reían y jugaban en la calle

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  2. Ya de chiquitilla se te veía esa sonrisa pícara... por eso eres la sonrisa Perf :)

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  3. Como en un flash retrocedo en el tiempo. Te vislumbro como pequeña lefa reptando de duna en duna bebiendo esa indefinible felicidad que une la inocencia con lo infinito. Y agradezco a la vida el regalo de esos dos instantes: El de compartir aquélla vivencia y el de poder revivirlo hoy.

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